La universidad es por excelencia el centro de discusión y generación del conocimiento. Es además un espacio para la pluralidad y el debate de las ideas, en su seno, se debería sentir un aprecio sincero por el conocimiento y sobre todas las cosas respeto cuando no se comparte la idea del otro. Esto último es algo de sentido común si aceptamos de entrada que la universidad es plural y abierta al debate.

Las grandes universidades del mundo abrigan este espíritu y por eso logran tener ese calificativo, es decir, no son grandes porque tengan 50 000 o 200 000 estudiantes, sino por su funcionamiento y la forma como logran construir una comunidad académica que siente y respira respeto por el conocimiento y las ideas del que se encuentra en la acera del frente.

El respeto académico de las universidades no se gana despotricando y generando rumores sobre otras universidades, se gana con trabajo y contratando a los mejores investigadores en cada área porque finalmente existe un mercado académico que permite ofrecer opciones atractivas para que estos se muevan de una universidad a otra. El respeto de las universidades no se gana con frases sino con ideas y hechos.

Si nosotros pretendemos construir una universidad de prestigio y reputación nacional e internacional, tenemos que reflexionar seriamente sobre lo que queremos y podemos hacer en el corto, mediano y largo plazo. Es necesario aproximarse a la universidad como lo que es: un espacio para desarrollar ideas y debatirlas seriamente y no como lo que muchos quieren que sea: un espacio de poder y para el poder. Hacer de la universidad un feudo y desde allí replicar el país que tenemos es algo que debemos evitar a toda costa porque con eso no ganamos absolutamente nada como comunidad, si al fin y al cabo criticamos lo que ocurre a nivel nacional, tendríamos que criticarlo si sucede en la universidad porque debe quedar claro que si tu haces algo malo está mal y si yo hago lo mismo también está mal, es decir, no podemos pensar que si tu lo haces está mal y si yo lo hago está bien. Si eso le hace daño al país, también le hace daño a la universidad.

Así pues que si queremos construir una universidad debemos y tenemos que respetar al otro, tener ideas que en realidad hagan de nuestra comunidad un espacio para el debate y la reflexión, aportar en lugar de desacreditar .Quienes hoy creen que esa es una vía para ganar espacios dentro de la universidad le hacen un flaco favor a la “autonomía universitaria” y hacen un “autogol” si finalmente se hacen ver como personas que luchan por nuestro país.

8 comentarios

  1. afrodita // 2 de marzo de 2009, 17:12  

    Sabes Delphos, la academia es importantísima, pero yo creo que hay que construir valores para la convivencia, pues hablamos de "hacer vida universitaria".

    Creo que debemos también en pensar qué clase de convivencia queremos. Hablemos de comprensión entre los miembros, de afecto, solidaridad, paciencia, respeto, aceptación, confianza, creatividad, proactividad, armonía, fuerza, amabilidad.

    Debemos pensar en lo que deseamos experimentar allí, para construirlo desde el amor y con humildad.

    Mi pregunta es: ¿será que así la deseamos todos?

  2. Anónimo // 4 de marzo de 2009, 6:20  

    Creo que es importante, hablando de los valores, reflexionar la idea que sobre la Democracia tenemos en la Universidad...

    En Democracia tenemos que reconocer la importancia tanto de las opiniones de otros como de las propias, pues sobre esa libertad es que se construye la Democracia como forma de vida.

    En Democracia el disenso no significa reducir al adversario quitándole espacio, no se hunde al contrario aprovechándose de los recursos que otorga el poder.


    Vivir en Democracia implica un proceso continuo de logros y cesiones, de encuentros y desencuentros, porque a fin de cuentas, en Democracia no hay ganadores solitarios, la convivencia social es algo a lo que no podemos renunciar.

    Cuando los antivalores son los que rigen la conducta política de una sociedad, el respeto por la posición de otros no encuentra lugar, de forma que, no podemos dejar de reconocer a nuestros adversarios, sin convertirlos en enemigos.


    Si hablamos de la necesidad de rescatar este espíritu en la sociedad venezolana, ¿cómo es que no lo reclamamos para nuestra Universidad?


    Pienso que si queremos que la Democracia se fortalezca en nuestro país, nuestro deber como universitarios es luchar porque en nuestra comunidad ucista, esa sea la bandera...

  3. Anónimo // 4 de marzo de 2009, 11:10  

    el problema es que la universidad está consturida en la actualidad bajo el personalismo y las cosas realmente importantes no son prioritrias, por ejemplo, no hay una biblioteca central.Qué autoridad ha llamado o presentado un plan para decri que en tantos años la idea es tener X Phd, Y maestrías y asi sucesivamente. No hay una agenda academica y recursos para eso hay,sino que contradigan esta afrimación.En teoría cada facultad tiene un fondo para la investigación, quien lo conoce? dond está ese dinero? no me digan que lo dejarán para el día de las elecciones cuando subieron una computadora nueva para cada departamento........

  4. Anónimo // 4 de marzo de 2009, 11:50  

    El problema de los volores se puede afirmar que es de tipo estructural y lo digo asi porque cada uno de los estudiantes o indivuos que integran una universidad o sociedad forman parte de ese agregado que uno a uno tiene gran incidencia en resultado.Por tanto es necesario hacer concencia en aquellas cosas que siempre hemos anhelado y que no se han materializado por el hecho de siempre darle mayor ponderacion o merito a aspectos que no son relevantes sino mas bien van en contraposicion a las verdaderas necesidades y exigencias del colectivo esstudiantil y social.

  5. Anónimo // 4 de marzo de 2009, 12:40  

    Es necesario pensar y definir claramente que universidad queremos, pero tambien en decidir cuales autoridades permitiran que eso ocurra. Es momento de evaluar candidatos y sus opciones, de ver el pasado y ver el presente, para poder construir ese futuro. Pues no podemos seguir repitiendo los errores del pasado, necesitamos una comunidad consolidada en pro de los valores que permitiran contruirla. Pero creo que para ello, hay que desmontar una estructura que lleva mas de 20 años en el poder y no ha logrado cambiar esta universidad.

  6. Anónimo // 5 de marzo de 2009, 3:00  

    En este momento no quiero pensar que empezaremos dentro de la facultad a repetir lo del país, cuando llegó el actual presidente con un mensaje para acabar con todo lo existente en los años anteriores. Caló el mensaje y ahora qué? Aquellos están excluidos y sin embargo no hemos avanzado.
    Prefiero mirar lo que me ofrece este presente, evaluar lo que se ofrece, elegir quien tiene mejor experiencia, quien ofrece nadurez política, quien tiene un proyecto con propósitos definidos, que incluya a todos. Así construimos mejor futuro. Todos juntos. Me gusta lo de Faces para todos.
    Exijamos un debate, o más bien oirlos juntos y tomaremos la decisión con conciencia.

  7. Anónimo // 10 de marzo de 2009, 21:20  

    Hoy oimos a la profesora Mariella en los salones. Queremos un debate entre los tres candidatos. Contestó preguntas en los salones, quiero saber que propuestas tienen los demás.

    Pero, quiero el debate con los tres. Llámenlo como sea, debate, conversatorio, diálogo, lo que les convenga; pero, juntos.

    ¿Cuál día? ¿a qué hora?

  8. Anónimo // 15 de marzo de 2009, 4:24  

    Comentario 7 de la entrada: Instituto de Altos Estudios e Investigación de Políticas Públicas

    La racionalidad política de nuestra universidad descansa en principios que perpetúan a las personas, sin reconocer que ésta institución es ante todo pública, y que la apropiación de lo público es un flagrante delito. Supongo que aquellos que hablan de renovación moral universitaria y aquellos que esgrimen como argumento de fuerza ser los latifundistas del voto ( encierran los votos y los presionan hasta convertirlos en borregos), definitivamente no han reflexionado acerca del alto grado de complicidad que existe en esta institución, así, es seguro que hasta quien escribe, sea cómplice, por omisión, de nuestra funesta realidad...debemos recordar que más que una alcaldía, somos una institución de educación superior...quien lo recuerda? ...disculpen el tono apocalíptico, pero el problema actualmente no es de candidatos, sino de cultura política...hasta ahora reproducimos el chisme, las campañas de desprestigio, las deslealtades y la intolerancia como herramientas políticas...pregunto: ¿podremos en el futuro justificar, desde la política, el asesinato?...ya lo hemos hecho, estamos matando hoy, con nuestra forma de hacer política, a esta noble institución: la universidad!
    lamento que esta reflexión no pueda impactar los cimientos reflexivos de nuestros siempre "seudo-políticos" y la saquen del camino por ser romántica y sin valor "político", pero debo suponer, que alguien debe decirlo. Inobjetablemente, necesitamos debatir, y creo que puede hacerse mas allá de lo político, o mejor, en un nuevo espacio dialógico. A nuestros candidatos, por favor, hagan algo para felicitarlos aún perdiendo. Ganar o perder es tan sólo simpleza fáctica en las mentes de quienes tienen por norte las luchas y el cambio por un mejor entorno colectivo. Diría para finalizar, que la republica siempre aniquiló, desde el discurso (por lo menos) al emperador...¿nosotros, somos república?

    Respuesta al comentario 7:
    Esos principios que perpetuán a las personas como todo tiene su ciclo, cuando institucionalmente no se destruye la posibilidad de cambio, esos principios cambian tal vez imperceptiblemente, pero lo hacen y lo hacen para mayor felicidad de la comunidad.
    En nuestra universidad, igual que el país, lo que se ha institucionalizado es el poder como negocio, ciertamente uno se hace cómplice, relevando a los responsables de su culpa al afirmar que no son buenos, no son malos, simplemente la estructura condiciona su comportamiento.
    Por otra parte, la tentación, la tentación de una sociedad que vive del Estado y no al revés, cuando el erario público se transforma en la carroña de los zamuros, igual, la Universidad se convierte en un botín, botín lo suficientemente grande como para pervertir a quien o a quienes quisieron el poder para un cambio a mejor, es lo que explica que luego de más de veinte años de lucha Ricardo Maldonado llegue al Rectorado, al comienzo todo va bien, pero luego las mieles del poder lo alcanzan también.
    Elecciones son la única oportunidad de mostrar, gracias al chisme, el Festín de Baltasar, este festín donde muros como este se muestra la perversión. Fondos que van a parar a pandillas de encapuchados que actúan como servicio de seguridad, como guardas personales de Decanos y Autoridades, gente que somete al terror a los votantes del contrario, saboteando cuando los suyos ya lo hicieron.
    Amigo por la forma como escribes se nota que eres culto. Pero no comparto eso de eximir de responsabilidad a los culpables, tiene que existir una fuerza disuasiva, al menos estos chismes validan la hipótesis de que nuestra comunidad no es tan inocente, pues cuando un dedo, el dedo del poder se alza, la sociedad de cómplices en que nos hemos convertido, mansamente vota y lo hace igual que ese pueblo injustamente criticado, por la perpetuación del poder.
    He sido cómplice porque irreflexivamente he votado siempre por los Maldonados, como ciego pensando en que eran el mal menor y contribuí, con ese acto con el peor daño que se le puede hacer a la democracia, transformar en negocio el acto académico.
    Decidí escribir no para expiar la culpa, simplemente porque deseo arrancar la venda de los ojos, o evitar que digan que la tienen para asumir como celestinas que nada ven, cuando todo lo saben. Ese profesor que por un ascenso, que por unos denarios, que se inclina por el sosiego de la rutina al voto por seguridad es más culpable que los que detentan el poder. Mientras más miserable es su vida, más lumpen son.
    La locura, la inestabilidad emocional, la falta de tacto político, la descalificación son los argumentos que se utilizan desde el inicio de la humanidad para asesinar a quien desee un mundo mejor, en nuestro caso una Universidad mejor.
    En este muro se devela nuestra pobreza moral, los comentarios abundan en los temas donde se vulgariza el atropello y se convierte en motivo de risa el que se hagan propuestas y no se tomen en serio; en el cual la aspiración de debate se convierta en motivo de burla o argumento acusador de conspiración.
    Así amigo Usted si no se ha dado cuenta forma parte de ese selecto club de viejos, locos, conspiradores, autistas, soñadores, no votantes, utópicos, a quien nadie lee, pero a quien ninguno de estos votantes de espíritu anciano y apendejecidos por la amenaza hacen: perpetuar la inmundicia.

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